Si bien el gobierno de Giorgia Meloni busca limitar la ciudadanía a hijos y nietos de italianos, un fallo de la Corte Constitucional abrió una ventana de esperanza para bisnietos y descendientes posteriores.
Miles de argentinos buscan obtener la ciudadanía italiana, no solo por lazos familiares, sino también por las ventajas que otorga un pasaporte europeo en materia de viajes, estudios y trabajo. Sin embargo, las recientes reformas impulsadas por el gobierno de Italia encendieron las alarmas, al establecer límites generacionales para acceder al beneficio.
Un fallo reciente de la Corte Constitucional de Italia trajo alivio a muchos descendientes, ya que cuestionó las restricciones y reconoció la validez de la transmisión de ciudadanía más allá de hijos y nietos.
El tribunal frenó la iniciativa del gobierno que buscaba excluir a bisnietos, reconociendo que la adquisición automática de la ciudadanía por descendencia sigue siendo válida. Aunque se trata de un caso puntual y aún resta el fallo definitivo de la Corte Suprema, la medida fue celebrada por miles de argentinos que habían quedado afuera del proceso administrativo.
Hasta marzo de 2025, la ciudadanía italiana por descendencia se regía por el ius sanguinis, principio que permitía acceder a ella sin límite generacional siempre que existiera un antepasado italiano y se presentara la documentación correspondiente.
La nueva ley, aprobada por impulso del gobierno de Giorgia Meloni, modificó las reglas:
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De confirmarse el criterio, los bisnietos, tataranietos e incluso choznos de italianos podrán seguir reclamando la ciudadanía por vía judicial, algo clave para las miles de familias que estaban en proceso o planeaban iniciar el trámite.
Según la gestora de ciudadanías Esther Russo, estos fallos, aunque aislados, marcan jurisprudencia y abren la puerta a más reclamos. "Estamos esperando la resolución de la Corte Suprema después de la feria judicial", aseguró.
El gobierno italiano sostiene que muchos descendientes en América Latina solicitan el pasaporte únicamente para aprovechar sus ventajas en la Unión Europea, sin intención real de mantener un vínculo con Italia. Actualmente, se estima que casi un millón de italianos y descendientes residen en Argentina, la mayoría provenientes de la gran ola migratoria de principios del siglo XX.